Eres experto en tu materia y estás orgulloso de ser empresario, pero, ¿sientes que necesitas controlar mejor el dinero de tu empresa? ¿No sabes a dónde se va, no lo encuentras en tu cuenta bancaria, a pesar de tener buenos clientes que te compran?
La respuesta está en conocer e interpretar las cifras de tu negocio. (más…)
¿Estás confundido y abrumado con tantos cambios y avances tecnológicos? ¿Te sientes amenazado por la creciente competencia, tanto dentro como fuera del ámbito de tu negocio?
Tranquilo, una actitud adecuada y una clara visión de negocios te permitirán ver los cambios como desafíos, más que como amenazas, e impulsar tu empresa a dónde tú quieres, en vez de ir a la deriva. (más…)
Creo estar en lo cierto al suponer que has creado tu empresa para que crezca, tenga éxito y dure muchos años. Pero, ¿puedes asegurar que ello vaya a ocurrir? La clave está en el Control, pero seguramente te surge la pregunta: ¿qué es lo que realmente debo controlar?
Cuando comenzamos un proyecto normalmente tenemos un propósito que nos mueve. Sin embargo, con el correr del tiempo, nos puede pasar que trabajemos y trabajemos sin tener muy claro por qué y para qué lo hacemos. Es el momento de detenernos y volver a preguntarnos qué quiero lograr, cuál es mi propósito, por qué lo hago.
Cuentan que en la Edad Media los canteros de una obra respondían de forma distinta a la pregunta «¿Qué haces?». Mientras unos respondían «pico piedras», otros veían el futuro de su trabajo, la obra terminada: «Estamos construyendo catedrales».
¿Cómo serías si tu empresa te contratara como gerente general? ¿A qué dedicarías tu energía? ¿Seguirías haciendo lo mismo?
Un empresario que dirige su empresa como gerente general pone por delante los objetivos -del negocio y personales- para construir constantemente su empresa. Éstos deben orientar sus decisiones y acciones y cambiar su visión de corto plazo por una de largo plazo.
Un error común es creer que se puede emprender un negocio conociendo sólo los aspectos técnicos.
Hay muchas causas por las que las empresas fracasan: inexistencia de una propuesta de valor concreta, específica y explícita, capital insuficiente, crecimiento excesivo o mala gestión.
La mayoría de las veces es por una falta de planificación adecuada. Si un empresario hubiese planificado antes de lanzarse en su aventura, habría definido, por ejemplo, a quién quiere satisfacer, con qué producto, cuánto necesita invertir, cómo va a financiar el proyecto, etc. Incluso antes debió tener claro por qué y para qué quiso emprender, cuál era su propósito.
Tener un plan te permite moverte hacia tus objetivos